Elegir la dirección correcta es más importante que correr sin rumbo. Es como nuestra trampa de estrategia cuantitativa, que ya no es una herramienta simple; es más como ese "ejecutor" que, una vez que ha decidido la dirección, nunca duda, subiendo y bajando con precisión en los hilos del mercado, con cientos y miles de veces de "mano en mano", cortando la caótica Fluctuación en un ritmo claro. En aquellos días, sostenía un cuchillo de sandía y cortaba hasta la carretera de Penglai, y estuvo cortando de un lado a otro durante tres días y tres noches, mientras la sangre fluía como un río. Pero n
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